lunes, 1 de febrero de 2016

La historia de los principales asesinos seriales, entre los libros de la semana



¿Cómo funciona la mente de un asesino serial? Pocos investigadores le han dedicado tanto tiempo al tema como el mexicano Ricardo Ham, quien con su nuevo libro revelará algunos de los secretos más oscuros de la criminalística nacional. El pulso de la periodista Alma Guillermoprieto la colocan como una de las cronistas más celebradas de Latinoamérica. Su nueva selección de textos no lo decepcionará, como tampoco lo hará la antología literaria de Ernesto de la Peña. Cierran nuestras recomendaciones nos clásicos de la narrativa estadounidense: Mark Twain y E.L. Doctorow.

Ricardo Ham. Asesinos seriales mexicanos. Ediciones B. 219 pp.
A lo largo de la historia, la imaginación del hombre ha creado seres a quienes temer: fantasmas, brujas, demonios, vampiros; sin embargo, pese a todas las versiones existentes, estos extraños seres no dejan de ser sólo producto de nuestra imaginación. En la actualidad ha surgido una nueva bestia a la que tememos, pero al mismo tiempo seguimos con una extraña fascinación, se trata de los criminales que siempre siguen un mismo modelo para matar. De “Goyo” Cárdenas a la “Mataviejitas”, de “Las poquianchis” a los asesinos seriales de Ciudad Juárez, el investigador cuenta sus historias.

Alma Guillermoprieto. Los placeres y los días. Almadía 144 pp.
Un hombre colecciona muñecas antiguas cuya historia está signada por la muerte, sin sospechar que una de ellas le revelará un secreto de su propio pasado. Un detective es contratado por el padre de una joven recientemente asesinada para encontrar el brazo que los criminales le amputaron a su hija. Durante la aciaga matanza de Tlatelolco, en el 68, uno de los estudiantes asesinado desaparece después de recibir un disparo en la cabeza, y aparece de nuevo, caminando con rumbo desconocido por las calles de la ciudad. Las crónicas de la periodista mexicana, deslumbran como siempre.

Mark Twain. Las aventuras de Tom Sawyer. Sexto Piso. 272 pp.
Alguien ha dicho que Las aventuras de Tom Sawyer es, ante todo, un libro de memorias. Y, en efecto, el relato de las cosas que le suceden a Tom Sawyer en ese pequeño pueblo a orillas del Mississippi bien puede ser una conmemoración de la niñez de Mark Twain en el sur estadounidense de mediados del siglo XIX. A través de los ojos de sus personajes, el autor nos ofrece la visión de una doble realidad: la del mundo infantil, primitivo, que el lector adulto ya ha perdido, y la del mundo adulto, confuso e ilógico, asentado en unas convenciones que no resultan ser preferibles en ningún aspecto a los códigos de valor de un niño.

Ernesto de la Peña (María Luisa Tavernier, selección y prólogo). Ernesto para intrusos. Alfaguara. 264 pp.
Esta obra es una antología de los volúmenes: Palabras para el desencuentro, Mineralogía para intrusos, Las estratagemas de Dios, Las máquinas espirituales, La rosa transfigurada, Castillos para Homero y La sinrazón sospechosa; además, incluye completa la novela breve El indeleble caso de Borelli y los Poemas invernales (poesía inédita).

E.L. Doctorow. Cuentos completos. Malpaso. 457 pp.
Conocido por ser uno de los narradores que mejor han contado la historia de Estados Unidos, Doctorow desarrolló un registro más intimista, más próximo a la pequeña existencia de los personajes que a la gran historia global que imponen las culturas y los países. Esta edición, única, reúne por primera vez todos sus relatos. La idea surgió directamente del propio autor. Lamentablemente, murió mientras se corregían las pruebas de este volumen.

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